martes, 16 de octubre de 2018

Familia Carmelitana 2018

El pasado día 20 de octubre, celebramos en nuestro convento de Vitoria la Jornada de la Familia Carmelitana. El encuentro fue entrañable y familiar, una excelente oportunidad de saludar y abrazar a muchos amigos y conocidos y, también, de conocer a nuevas personas que son parte de esta gran familia carmelitana.

 
El programa del encuentro estuvo bien organizada, con distintas actividades. Con un tiempo oracional compartido, dirigido por el P. Jon Korta. Luego, la charla sobre la Acogida del sacerdote Xabier Andonegui  estuvo realmente interesante e ilustrativa. El tema de la Acogida siempre es necesario y actual. Además, nos presentó un punto de vista muy interesante sobre lo que los medios de comunicación nos quieren imponer. Resuena todavía en mi mente su frase: No estamos llamados al buenismo. Nos llevó por una descripción de las mentiras de los medios de comunicación, en las que podemos caer e incluso transmitir a otros (i.e.: primero los nuestros, los inmigrantes después). Hizo hincapié en la necesidad de la escucha, de no prejuzgar y de expresar con valentía la raíz evangélica de nuestra caridad.
Al acabar la charla, fuimos a la iglesia donde celebramos la Eucaristía sabatina con los feligreses que asisten normalmente a esta misa. La Eucaristía fue una gozada (aunque solo sea por contar con tantos sacerdotes) dentro de la gran belleza de la iglesia del Carmen. Parecía que las lecturas del día hubieran sido elegidas especialmente para nuestro encuentro. Pablo diciendo a los efesios que daba gracias a Dios por nuestra fe y por el amor que nos tenemos, como haciendo alusión a nuestra forma de acoger, atender y ayudar a los necesitados. Y el Evangelio según san Lucas diciéndonos que no nos preocupemos, que el Espíritu Santo nos asistirá.

Y lo que si nos impactó fue el testimonio de vida de Gabriel. No es habitual escuchar hablar a los que han sido “acogidos”. Ver las cosas desde el otro lado de la mesa, cómo explicó las circunstancias que le llevaron a emigrar, el enorme esfuerzo económico que le conllevó incluso los problemas dentro de la propia familia. Cómo pudo salir adelante con la ayuda desinteresada de la gente de Vitoria. También las dificultades para encontrar piso de alquiler por tener niños. Y estando en el momento más difícil, más duro, el Señor se hizo presente en su corazón, y cambió su relación con Él. Doy gracias por esta oportunidad de conocer cómo el Señor cambia la vida de las personas, cómo transforma los problemas en fuente de salvación.

Después de escuchar este testimonio tan emotivo, pasamos a la presentación por parte del P. Moriones del libro “Un hito en la historia del Carmelo Teresiano. Markina 1868”. El P. Ildefonso nos transmitió la importancia de la “acogida” a unos carmelitas huidos de España a Francia. Fruto de esa “acogida” vino después la posibilidad de la restauración de la orden carmelitana en España. La “acogida” de estos frailes en Markina y su posterior expansión. El padre Ildefonso no solo nos invitó a leerlo, sino que también nos alentó y convenció a hacerlo. Muchísimas gracias a estos padres que se han dedicado a transmitirnos esta historia de acogida. Gracias.

Realmente asistimos a una jornada… edificante. Gracias por esta oportunidad que nos habéis  brindado. No solo hemos asistido, también hemos participado. Gracias de nuevo. Y como despedida, invitar a todos a la jornada del año que viene.
Unidos en oración.
Juan Luis Crespo.




sábado, 4 de agosto de 2018

SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA 2018


La fiesta de la Provincia de Navarra...desde la Iglesia
de Santa Ana en Pamplona
Es 26 de julio. Hemos dejado solo un poco atrás la fiesta en memoria
de la virgen del Carmen y esos nueve días en el que desde nuestro corazón
de niños le hemos presentado esas intenciones que, a veces, ella solo conoce.

En la iglesia de los Carmelitas Descalzos de Pamplona, el día de los
santos Joaquín y Ana, padres de la virgen María y abuelos de Jesús,
nos convocan a la familia de los Descalzos en la Provincia de San Joaquín de
Navarra. El motivo, es celebrar juntos y en representación de los que no
han podido venir, la fiesta de estos santos, Ana como patrona de la iglesia en
donde estamos, Joaquín como patrono de la Provincia de los Carmelitas
Descalzos en el norte.

Son las doce del mediodía y el coro habitual de la iglesia de voces masculinas,
acompañadas del órgano del padre Martín, nos anima y pone en marcha la
Eucaristía. Preside el Padre Provincial, Luis Aróstegui, y le acompañan el Padre
Sarasa, de la Provincia de Guatemala que se encuentra estas fechas por aquí,
el Padre José de la India, el Padre Ángel Santesteban que ha interrumpido las
fiestas de Puente la Reina, su pueblo natal, para acompañarnos. También están
el padre Calixto y el padre Viguri del convento de Pamplona. A la ceremonia
acudimos la familia carmelitana y dentro de ella,   hermanos de la Orden del
Carmelo Descalzo Seglar Teresiano en Pamplona (OCDS) y, además, nos
acompaña el Presidente de estos en la Provincia, Evaristo Arroyo con José
Carlos quien, una vez más, se une a nuestras oraciones.

Jesús, quien quiso ser como nosotros en todo, también tuvo abuelos, los
maternos Joaquín y Ana, y por eso esta fiesta y a través de ellos, nos lleva a
dar gracias por todos los abuelos de nuestras familias que con esa sabiduría
que les ha dado la vida siguen siendo ayuda, luz.  Como símbolo de ese
reconocimiento, es tradición para este día nombrar la abuela del año. De esta
manera, nos encontramos en el primer banco de la iglesia a la tan querida
Carmen Cadena, abuela, asidua de la iglesia de la calle Descalzos, hermana
en la OCDS y, como dijo el padre Viguri, acreedora de otras virtudes….
Los que tenemos la suerte de conocerla tendríamos que emplear bastante papel
para poder deciros algo sobre esas virtudes que quedaron solo apuntadas.
Acompañaban a la abuela su hija Sara y su nieto Iker.
Pudimos recordar cómo es la memoria que guardamos de estos santos. Así la
devoción a Ana fue más madrugadora que la de Joaquín. La de la primera surge
en la basílica erigida en Jerusalén en devoción a ésta santa y que más tarde
llegaría a occidente. La de Joaquín es más postrera y en nuestra provincia nace
de la mano del hermano del convento de Pamplona, Padre Jesús de San
Joaquín,
natural de Añorbe, en los inicios de la Provincia (siglo XVII), a quien traslada esa
devoción y el nombre del santo con el que se le conocerá hasta nuestros días.
Desde Joaquín y Ana nos unimos a todos los abuelos, que si bien la edad hace
que pierdan facultades, en sentido opuesto esa misma edad les lleva a
profundizar en el agradecimiento. Como carmelitas agradecemos también a
todos nuestros antepasados en la Orden. Su recuerdo, memoria, todo el bien
que hicieron perdura en nosotros. Especialmente, hacemos memoria de la fe y
esperanza de todos ellos.
Dentro de la ceremonia, se impuso a la “abuela del año”, Carmen Cadena del
pueblo de Azoz, localidad muy próxima a Pamplona, una cruz que distingue a
los hermanos de la OCDS. También al final de la Eucaristía se le entregó un
diploma en recuerdo del día. Le acompaña en la recogida su nieto Iker.
Al final nos unen los saludos, felicitaciones y fotos para que no se nos olvide lo
vivido y después en un restaurante, muy cerca del convento, compartimos una
comida, a la que asiste la homenajeada su familia y la OCDS de la comunidad
de Pamplona. Estamos casi todos. En los cafés se incorpora el padre Antonio
Viguri.
Una orquídea blanca, que se regala a Carmen, nos va anunciando que estamos
llegando al final de la fiesta. Un año más hemos podido recordar a
Joaquín y Ana, todos nuestros abuelos, a nuestros antepasados en la Orden,
pero sobretodo, hemos podido agradecer a Jesús todo el bien que hicieron y
perdura en nosotros.
Gracias a todos los que habéis hecho posible esta celebración, aprovecho
desde aquí para felicitar a todos los Joaquines y Anas y  también felicidades a
nuestra hermana Carmenmari, que eligió el amparo de estos santos para vivir
su vocación en el Carmelo Teresiano. Muchas felicidades para ti también.

Por último y como no podía ser de otra manera, gracias a ti Jesús, porque todo
es tuyo.

Amparo Esparza, OCDS.











miércoles, 4 de julio de 2018

BODAS DE ORO SACERDOTALES 

DEL PADRE ANTONIO VIGURI, OCD. 


FINAL DE UNA FIESTA DE ACCION DE GRACIAS.



            El pasado 18 de marzo, en Pamplona, inició el Padre Antonio Viguri, Ocd la celebración de sus bodas de oro sacerdotales rodeado de amigos que quisieron acompañarle para dar gracias a  Dios por su vida, por todos y cada uno de estos 50 años en los que ha acercado a tantos al corazón de Jesús.

            Recordando un poco la historia de estos 50 años, el Padre Antonio, alavés de Sendadiano, se ordenó sacerdote el 18 de marzo de 1968 en una iglesia de los Pasionistas en el barrio de Las Presas, Herrera de Camargo (Cantabria), muy próximo a  Santander. Una enfermedad del obispo de la diócesis de Bilbao, Monseñor Gurpide, le llevó hasta allí.



            En Pamplona, en una fiesta muy emotiva, quedó pendiente para poner broche final,  recordar aquella misa de Camargo y el pasado sábado, 16 de junio, fue la fecha elegida para este recuerdo.  De esta manera, el Padre con los que  tuvimos la suerte de poder acompañarle de Pamplona, Bilbao y, sobretodo, de Santander,  las 12 de la mañana nos dispusimos a celebrar, en una Eucaristía, lo que nos había llevado a todos allí, revivir en el mismo lugar  el  “SÍ” a Jesús de nuestro amigo y dar gracias a Dios por cómo ha estado a su lado   y tantos regalos de fe, cariño y acompañamiento que  ha querido nos llegaran  en estos 50 años a través de él.



            En Las Presas nos esperaba el Presidente de la Orden Seglar  del Carmelo Descalzo de la Provincia de San Joaquín de Navarra,  el hermano Evaristo Arroyo, acompañado  de la que fue tantos años Presidenta  de la comunidad de la Orden Seglar en Santander Josefina Puente, junto a varios hermanos de esa comunidad. Además, también nos esperaba el padre Pedro Arbeloa, OCD, quien concelebró con el homenajeado la Eucaristía y nos acompañó en toda la jornada festiva que vivimos. Ellos, los de Santander, como buenos anfitriones, habían preparado la eucaristía, a la que se unió la guitarra y cantos de José Carlos que tantas veces acompaña a los seglares carmelitas en encuentros de oración en la Provincia.




Por contaros algún retazo de la ceremonia, os diré que desde el cariño que rodeaba a todos los que allí estábamos, el padre en la homilía  hizo un repaso de estos 50 años. Cómo en los inicios estuvo en Malawi para vivir desde las misiones el plan que Dios quería para él, sin embargo por razones de salud  este plan tornó a ser otro que le trajo de vuelta a casa y, desde entonces, en los distintos destinos  en la Provincia de San Joaquín de Navarra ha estado cerca de tantos a los que ha ayudado a vivir la fe en Jesús.
El  procurar en hacer las cosas en el nombre de Jesús ha sido su guía  y desde un paralelo con la Primera Lectura, libro de los Reyes 19, 19-21,” Ellas pasó a su lado y le echó encima el manto”  al Padre  le gustaría  le echaran el manto de Santa Teresa para vivir su espíritu en el seguimiento a Jesús.  No faltaron los agradecimientos y una petición de oraciones  a todos los que estábamos allí.




            Agradeció especialmente la compañía en el acto de hermanos de la Orden del Carmelo Descalzo Seglar. Dejó constancia de su empeño por trasmitir a sus hermanos los frailes y hacérnoslo creer a nosotros, los de la Orden Seglar, que todos formamos parte de un mismo tronco junto con las monjas. Que los  seglares somos tan carmelitas como ellos, frailes y monjas.



            Terminada  la Eucaristía y después de las fotos que nos van a ayudar a recordar, continuamos con la fiesta en el restaurante Tándem,  con reserva para la ocasión, y en el que pudimos acompañar  la alegría del momento con una  comida de 20 € como de “boda”. Además,  como suele ser al uso en estas celebraciones  el Menú esperaba a cada comensal,  que nos recordaba el evento que nos había llevado allí  amén de los platos a elegir. No solo eso, no pudimos evitar la sonrisa al relacionarse en el menú el nombre del restaurante, Tándem,   con esa historia  contada por el Padre en la que describe  el tándem de nuestras vidas cuando dejamos a Jesús ser el conductor. Asustados, a veces, nos quejamos  y Jesús nos contesta; “Pedalea y calla”. También,  como en las bodas, Josefina entregó al Padre recordatorios del evento y llaveros con motivos carmelitanos, para que éste, a su vez, los repartiera a todos los que allí estábamos, como así lo hizo.

            Si continuas leyendo,  puedes intuir que estamos  al final de la historia, pero a ésta aún le queda más por contar, porque terminada la comida fuimos casi todos al Desierto  de Hoz de Anero. San José de Rigada. Es un lugar próximo a Santander con varios edificios que hunden sus raíces en casonas montañesas barrocas del siglo XVII y XVIII  La que escribe había oído hablar mucho y bien de este lugar, pero todo lo oído no le hacía justicia. Ayudó que hacía una tarde soleada muy agradable.  En la capilla oramos Vísperas cantadas acompañadas por la citara de José Carlos y al final de las mismas si que llegaron las despedidas, el compartir y el dar gracias a Dios por un día con tantas maravillas, de las que solo algunas os he podido contar.



            Gracias hermanos de Santander por el listón tan alto en vuestro cometido de  “anfitriones”. Gracias Evaristo por tantos detalles  de organización, obsequio, de preocupación por sentirnos a gusto y, sobretodo, por hacer feliz al homenajeado. Gracias Josefina, Sandra, José Carlos, al padre Pedro Arbeloa, a los hermanos Pasionistas  y tantos que hicísteis posible un día en el que de verdad nos sentimos hermanos. Gracias a todos los que acompañamos al Padre en un día tan especial para él, pero, sobretodo, gracias a ti Jesús porque todo cuanto pasó y vivimos era tuyo.


                        Amparo Esparza Irigoyen, Ocds

lunes, 2 de abril de 2018

FELIZ PASCUA... en el 2018


BODAS DE ORO SACERDOTALES DEL PADRE ANTONIO VIGURI, OCD

Es la víspera de la solemnidad de San José. Nos encontramos en la Iglesia de los Carmelitas Descalzos de Pamplona donde vamos a celebrar y recordar lo que hace 50 años se iniciaba en la vida de nuestro querido padre Antonio Viguri, OCD, su ordenación como sacerdote, que tuvo lugar en Las Presas (Cantabria) el 18/03/1968.

         Son las 18:30 horas. El órgano y voces del coro masculino habitual en la iglesia, nos ponen en pie para recibir al protagonista de la fiesta. Accede al altar acompañado de cuatro sacerdotes, Calixto.Ocd, José, Ocd de la India, José San Martín, Ocd y el diocesano Alfredo Urzainqui.

         José Manuel, Presidente de la Orden Seglar del Carmelo Descalzo en Pamplona, da la bienvenida a los asistentes y a continuación en una oración de acción de gracias a Dios por la fiesta que celebramos, nos relata una pequeña biografía para poder conocer un poco mejor a nuestro amigo.


          El Padre Antonio Viguri Ugalde, nació en Sendadiano, a 28 km de Vitoria, en una familia de labradores. El quinto de siete hermanos.

         A los 11 años inicia su formación en el seminario carmelitano de Amorebieta y la completa hasta el año 1968 en Villafranca de Navarra, Larrea, Markina, Begoña (Bilbao). Se ordenó en Las Presas (Cantabria), por encontrarse muy enfermo Monseñor Gurpide, obispo de la diócesis de Bilbao.

         Después de Las Presas y tras una breve estancia en Londres para aprender inglés, con unas maletas repletas de ilusiones y esperanzas toma rumbo al casi corazón de África, Malawi, donde permanece incardinado cinco años y medio, pero una persistente malaria se cruzó en su camino (según sus propias palabras: “yo amo África, pero África no me quiere a mi”) y le trae de vuelta a la Provincia de San Joaquín de Navarra con distintos destinos y misión.
         -Pamplona. Inicia apostolado con jóvenes, los grupos de oración Got, ayuda a chicas internas de Oblatas y Adoratrices.
         -Bilbao. Formó parte del equipo de formación de  jóvenes teólogos recordando con admiración a los padres  José Francisco y Antonio Olea. Convivencias con jóvenes.
         -Calahorra. Maestro de novicios. Pastoral de grupos con jóvenes y adultos.
         En todos sus destinos ha acompañado a muchos, con algo más que una ligera confesión, como él mismo dirá.

         En la fecha es superior del convento de Pamplona con cuatro trienios completos en este cargo y ciudad, aunque no continuos. También fue superior en Calahorra en dos trienios y superior en Vitoria durante un trienio y el siguiente Vicario Provincial y animador de la pastoral vocacional en la provincia de San Joaquín de Navarra.

         En el año 99 es elegido Provincial desempeñando esta función durante 6 años y nuevamente elegido en 2008, permanece en el cargo un trienio. Recuerda con orgullo que en este último trienio se independizó Perú y Chile de la provincia de Navarra. Y volviendo al día de hoy quiere dar gracias a la comunidad que tiene y a los laicos de la Orden Seglar y a todos de la familia Teresiana cercanos a los carmelitas y que frecuentan las celebraciones en el templo.

         Después de este intenso recorrido, dejarme recordar las maletas llenas de esperanzas e ilusiones que llevó a Malawi y que puede parecer que las trajo de vuelta llenas de desilusión, sin embargo, a la vista está que  el Señor le había elegido en Las Presas para una misión diferente   que la pensada por el entonces nuevo sacerdote (es que no se puede pensar por Jesús).  Hoy ya no es necesario hablar de ilusiones y esperanzas sino de  maletas llenas de realidades. La iglesia de los Carmelitas en las Bodas de Oro que os cuento dio fe de ello. Estaba  ocupada en la celebración  hasta en las capillas adyacentes. Todos le conocían. Todos habían tenido una experiencia pastoral o de vida para recordar con cariño.

         José Manuel en nombre de los que estábamos allí, agradece la dedicación del padre  que ha permanecido en nosotros y con nosotros. Agradece al Señor la gracia concedida en su persona. Presenta en el altar su apostolado con grupos de jóvenes y adultos, la escuela de oración, ejercicios, charlas, retiros, convivencias. Su especial transmisión de la espiritualidad carmelitana, llena de misericordia, reconciliación, oración, atención al prójimo. Todo nos lo ha transmitido, nos lo ha contagiado con una fuerza especial, fruto de una vivencia propia. No se puede transmitir lo que no se tiene.

         Continua la Eucaristía,  siempre acompañada de la fuerza del órgano del Padre Martín y voces del coro, en la que Jesús una vez más, desde su misterio, se hace presente y termina con una sorpresa en la que pudimos ser testigos de la emoción del Padre. Subieron al ambón Marina y Carmen Urmeneta de la OCDS y entonaron la canción “De colores”  que si bien la letra de la primera estrofa fue la que todos conocemos, la segunda y última decía lo siguiente:

“Sacerdote, vocación de servicio, de entrega y amor a los hombres.
Sacerdote, con tus manos benditas y ungidas  a Dios nos ofreces.
Padre Antonio, tu familia, Carmelo y amigos estamos aquí.
Para darte las gracias con gozo, que Dios te bendiga, que seas feliz (bis).

         Terminada la ceremonia,  los asistentes que quisieron se adelantaron  el altar de la iglesia para saludar y felicitar al padre Antonio en persona y, además,  fueron invitados a un ágape preparado por los hermanos de la Orden Seglar, donde continuó la fiesta un buen rato y donde el padre pudo ir saludando más despacio, compartiendo alegría con tantos amigos.  No faltó el detalle preparado por Marina al que nos tiene acostumbrados en estas fiestas.  Un recordatorio para la ocasión  para cada uno de los que allí estábamos.  El Señor, a través de  Isaias en  43.1, quiso regalar unas palabras al homenajeado, “Te he llamado por tu nombre, tú eres mío”. El recordatorio continua “Fr. Antonio Viguri Ugarte, Carmelita. En recuerdo y agradecimiento de mis 50 años de sacerdocio. 18/03/1968 Las Presas (Cantabria)-18/03/2018 Pamplona.

         Añadir que hoy, cuando escribo estas líneas, solemnidad de San José, uno de los santos preferidos del padre, tiene previsto celebrar esta gracia con sus amigos de Calahorra y   tiene en proyecto terminar la fiesta, allá por el mes de junio, con todo el que quiera acompañarle, con una Eucaristía en Las Presas.

         Termino con la oración con que el hermano José Manuel ha finalizado, a su vez, la acción de gracias en la eucaristía y que muy bien puede poner broche final a tantos momentos de nuestras vidas: “Todo esto se lo presentamos al Padre de la mano de sus santos predilectos Teresa, Juan de la Cruz, Teresita, la virgen del Carmen, San José y, sobretodo, de la mano del Señor Jesús”. Que Dios te bendiga, padre Antonio.




Amparo Esparza, Ocds

sábado, 17 de marzo de 2018

LARREA 2018. LA FAMILIA CARMELITANA DE CAMINO HACIA LA PASCUA.

Llegó el 2 de marzo. En la agenda de la Orden Seglar del Carmelo Descalzo en la Provincia San Joaquín de Navarra, teníamos marcada una cita muy especial en la Casa de Espiritualidad de Larrea.  Fuimos llegando desde distintos puntos de la Provincia, a saber, Corella, Calahorra, Cantabria, Bilbao, Vitoria, Pamplona….Casi 40 fue el número de los que nos pusimos “alrededor de su mesa”, la mayoría pertenecientes a la Orden Seglar pero también aquellos que desde Grupos de Oración Teresiana, amigos o simplemente  abiertos a conocer a los Carmelitas Descalzos, decidimos vivir la experiencia de un fin de semana de silencio y  oración  como  medio para dejarnos poner a tiro de Jesús, en ese camino que, junto al resto de la Iglesia, estamos recorriendo hacia la Pascua. El Padre Antonio Viguri, OCD, con tanta experiencia en estos encuentros, conocido por todos, fue el seguro acompañante que nos iba a ayudar en el camino.
Después de reencuentros, saludos, presentaciones, conocer la casa que nos acogía por aquellos para los que era su primera vez en ella, a las 8 de la tarde, en la capilla, iniciábamos la aventura orante que nos había llevado allí. Oramos vísperas cantadas, acompañadas por la melodía de la cítara de José Carlos de Cantabria y bien dirigidas por el Presidente de la OCDS en la Provincia, hermano en la Orden, Evaristo Arroyo. A continuación, la Eucaristía  con el regalo del misterio de entrega de Jesús una vez más.
A las 9, la cena. Era la última oportunidad de poder hablar, porque terminada ésta se inició la experiencia de silencio hasta la Eucaristía del domingo y fin del recorrido orante en marcha. Esa noche también tuvimos una presentación por parte del Padre Viguri de lo que nos proponíamos y para ello le sirvió de guía la comunicación del Papa Francisco con motivo de la Cuaresma.


Además de la Liturgia de las horas cantadas, laudes, vísperas, completas,  acompañadas de la cítara,  el Padre Viguri nos ayudó con motivaciones para esta ocasión: “Sin fe, nada es posible”; “Animados por la Esperanza”, “Viviendo en Amor”.

 A modo de perlas nos llegó:
         
-Jesús no pide tiempo, ni ganas, ni cualidades, ni cultura, ni 

fuerza, ni alegría, ni siquiera santidad. Pide solamente fe. Lo 

demás vendrá por añadidura.
         
-Vivir la esperanza es esperar lo que no tenemos, va en proporción de lo que nos despegamos de las cosas, es ir liberándose y purificándose de lo que no es Cristo.
         
-Jesús el gran regalo del amor del Padre. Jesús es nuestro ejemplo de amor.
Además, la Palabra que atravesaba cada motivación y la luz que los santos del Carmelo, sobre todo Teresa y Juan de la Cruz, podían aportar sobre el tema, era lo que nos llevábamos delante del sagrario en la capilla, a nuestra habitación o en los paseos por la huerta, para continuar rumiando y haciendo nuestro lo recibido desde el silencio. Este, el silencio, también era guardado en las comidas. El desayuno  acompañado por música. En la comida y cena, un lector leía un libro del carmelita Eusebio Gómez Navarro, “Los colores de la vida”

La liturgia del sacramento del perdón lavivimos el sábado por la tarde con una motivación para el caso y una guía-ayuda en el examen de conciencia. 
Además del Padre Viguri, otros padres, del colegio y de la comunidad de la Larrea, se incorporaron para administrar este sacramento. El sábado también tuvimos un acto mariano, con rezo del Rosario y por la noche terminó el día, antes de las completas, con una exposición del Santísimo.

¡Qué rápido se había pasado!, ya era  domingo y se aproximaba el final. La última motivación, oración personal y la última Eucaristía, no acompañada por la delicadeza de la cítara, sino por la fuerza y  rasgueos de la guitarra de José Carlos y con ella la explosión de alegría compartiendo el saludo de la paz, la acción de gracias, la oración intercesora. Una comida en la que ya pudimos hablar, preguntar por nuestras vidas, compartir lo que nos esperaba y un fuerte abrazo de despedida, puso punto final a la vivencia.

Agradecer a Jesús por haber querido que estuviéramos en Larrea (Amorebieta), del 2 al 5 de marzo. Agradecer al Consejo de la OCDS en al Provincia de San Joaquín de Navarra por posibilitar el encuentro. 

Agradecer al Padre Viguri  su dedicación, su saber hacer, por acompañarnos. 

Agradecer a los Carmelitas Descalzos por  la Casa de Espiritualidad de Larrea, su entorno, su huerta, en esta ocasión como dormida en espera de la primavera, pero con el recuerdo de sus paseos protegidos por la sombra de entramados  y racimos de kiwis, Gracias a las hermanas en Larrea que nos han atendido en el hospedaje, el mimo en las comidas, el calor en las habitaciones y estancia y, por último, gracias a todos los que estuvimos haciendo espaldas en un camino que nos quiere llevar, a la Vida, a la Pascua.

Amparo Esparza, OCDS /Navarra